viernes, 20 de mayo de 2011

Historia del Pueblo Wixarika


Los Wixarikas (pronunciación Vuirraricas), conocidos también como huicholes, habitan el Oeste central de México en la Sierra Madre Occidental, principalmente en los estados de Jalisco, Nayarit y partes de Durango y Zacatecas. Se autodenominan wixarica o 'la gente' en su lengua llamada por los lingüistas Wixaritari o vaniuki (conocido como lengua huichola), que pertenece a la familia de lenguas uto-aztecas. El etnónimo huichol1 fue dado por los mexicas de forma despectiva a los Wixarrikas desde antes de la Conquista Española.
Los Wixaritaris hablan una lengua del grupo cora-chol que está cercanamente emparentado con el grupo nahua o aztecoide. Además han recibido influencias mesoamericanas, lo cual se refleja en que el huichol tiene rasgos típicos del área lingüística mesoamericana.

Los Wixaritari (forma plural) llegaron a la región de la barranca de Bolaños después que llegaran los tepehuanes. Los antropólogos e historiadores no están de acuerdo de cuando llegó esta etnia a la región, pero según los mismos wixárika reconocen en sus leyendas que cuando llegaron a sus tierras actuales, ya había otra etnia que las habitaba. La historia oral de los tepehuanes afirma que poblaciones que son actualmente habitadas por wixárika, tal como Santa Catarina, fueron tepehuanas en el pasado.2 Además, no existen relatos en la historia oral ni de los tepehuanes ni de los wixárika de alguna conquista o dominación de los wixárika por parte de los tepehuanes. La teoría más aceptada sobre el origen de los wixárika es la que postula que provienen de la región de San Luis Potosí y que antes de su migración, formaban parte del grupo étnico guachichil
Central en la religión tradicional de los wixaritari es la recolección y consumo ritual del peyote (un cactus alucinógeno) en el lugar que ellos llaman Wirikuta, que se ubica en la región de Real de Catorce en el estado de San Luis Potosí. El peyote no crece en la región de los wixaritari, pero es abundante en San Luis Potosí, territorio que fue dominio central de los guachichiles antes de la llegada de los españoles. A los guachichiles se les reconocía como una etnia fieramente defensiva de su territorio.3 Que los guachichiles hubieran dejado pasar por su territorio a guerreros a cazar sin perturbarlos indica que los reconocían como parte de su misma etnia. Esto lo confirma historia oral de los wixárika,4 así como la similitud entre el idioma de los wixárika que tiene más similitud con la lengua de los guachichiles (ya extinta) que a la de los cora, sus vecinos actuales.5
Documentos históricos indican que para el siglo XVI, los wixárika ya habían llegado a la región del norte de Jalisco. En los relatos de Alonso Ponce, que datan del año 1587, indica que el la provincia de Tepeque, habitaba una etnia que solía unirse con los guachichiles para llevar a cabo incursiones a los asentamientos y caravanas españolas.6 Los españoles que exploraron la región que llegó a ser Jerez relatan que se encontraron con bandas de guachichiles en la región que habían desalojado a los zacatecas que habían vivido ahí.7 A través de esta evidencia histórica podemos postular que los wixárika llegaron a la región de la barranca de Bolaños aproximadamente al mismo tiempo que los españoles. La llegada de los españoles a tierras de los guachichiles en Zacatecas y San Luis Potosí había traído epidemia entre las comunidades indígenas cuyos integrantes no tenían resistencia a las enfermedades de Europa. Además, aquellos indígenas que no morían de las epidemias sufrían a causa de las encomiendas y concentraciones que llevaban a cabo los españoles para trabajar las minas recién descubiertas. Estas experiencias también quedan documentadas en la historia oral de los wixaritari.
Llegaron los Wixaritari a la región de la barranca de Bolaños como refugiados y se asentaron entre los pueblos de los tepehuanes. Es probable que se mezclaran los pueblos, ya que es evidente que estas dos etnias compartían muchas tradiciones, rituales (tal como el del uso de chimales, o palos de oración, y el uso de peyote en sus ceremonias) y hasta solían unirse bajo un solo líder para defenderse de las incursiones españolas y para montar rebeliones contra el gobierno colonial español. Queda documentada una rebelión montada entre las dos etnias en El Teúl en el año 15929 y otra en Nostic en 1702.

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